El simbolismo de la Navidad
Todos los años con la llegada del invierno acontecen las fiestas navideñas y el cierre del calendario, las cuales no nos pueden ser indiferentes; las luces por las calles, las decoraciones en rojo por cualquier lugar, la suma de eventos y celebraciones donde la gente decide volver a reunirse aunque se trate de una única vez en el año, nos hacen parte de una temporada casi universal, independientemente de que decidamos celebrarlas o no.
Comidas, Cenas, borracheras, consumismo, regalos y demás apuntan hacia un exceso que inexplicablemente necesitamos vivir para cerrar y concluir lo acontecido a los largo de los anteriores doce meses, independientemente de que estos hayan sido mayormente satisfactorios o no.
El cierre de un año en nuestras vidas, quizás insignificante para los que somos adultos, pero irremediablemente significativo para cualquiera, ya a través de las estaciones ocurrieron cambios de diversa índole dentro de las múltiples esferas de nuestra vida , ya sea en el plano personal, emocional, profesional, familiar , amistoso o de pareja. Quizás esta evolución es apenas perceptible para algunos y ampliamente recordable para otros, pero lo cierto es que hubo un cambio.
Sin embargo es interesante analizar cual es el simbolismo que engloba dicha tradición y la inumerable cantidad de emociones que llegan a despertar en cualquier persona ,debido a que representa una época de rencuentro y conmemoración , primeramente familiar.
Si nos remontamos al origen de dicho festejo , habrá que hacer la común referencia a una tradición católica occidental , que paradójicamente festeja un nacimiento, la venida del mesías , el inicio de una forma de pensamiento religioso que nos ha venido gobernando desde hace más de 2000 años , pero al mismo tiempo nosotros festejamos un cierre de año.
O es a caso que festejamos en familia el origen de nuestra propia novela familiar, nuestras raíces, representadas en distintos elementos como lo puede ser un platillo que comemos solo durante estas fechas, la madre lo aprendió de la abuela y así sucesivamente, o las peculiares actividades que realiza cada familia como lo pueden ser cantos, juegos o los imprescindibles regalos.
Se reúne desde el miembro más viejo hasta los nuevos integrantes, que curiosamente reciben regalos especiales de figuras imaginarias o mitológicas, como lo es Papa Noel o los Santos Reyes magos.
Transmitiendo desde la infancia un recuerdo especial por vía de gratificaciones materiales, que dejará plasmado en su conjunto con lo que acontece, una época que habrá de repetirse hasta el día de su muerte.
Así se van sumando los recuerdos navideños, siendo una época entrañable para algunos, indiferente o detestable para otros, siendo este sentimiento hacia tales tradiciones, un recuerdo de experiencias pasadas de alegría, soledad o decepción.
La pregunta sería ¿porque se resalta precisamente en esta época los actos de gratitud, los buenos sentimientos y la muestra de afectos?
Es a caso lo que pregona el mesías para nosotros con su venida, y la cultura a través de la manipulación y perversión que hemos hecho de una doctrina religiosa, lo interpretamos como algo obligatorio, que ocurre solo en diciembre y se traduce en exceso o consumismo.
Pero lo cierto es que a pesar de todos los símbolos o significados que pueda encubrir la razón por la cual festejamos la navidad, existe uno latente que jamás dejaremos de celebrar.
Este es nuestra propia auto referencia como pertenecientes a un grupo, una cultura, una tradición, una familia, así como nuestros nexos afectivos para con los que forman o han trascendido dentro de nuestra propia historia y que gracias a ellos tenemos una identidad.
Por lo cual continuaremos festejando a lo largo de los años, más allá de un concepto religioso,consumista o de cualquier iíndole, ya sea en familia , con amigos o solitarios el ser parte de una sociedad.
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