Aceptación de la Castración


Tarea difícil para aquel que se encuentra viviendo en ese relato continuo,  basado en la ilusoria creencia de poseer la habilidad para conquistar el mundo y ser el centro de atención en su propio escenario. Donde la idealización entra como el elemento central para imaginar que todo es posible, que se tiene un prestigio, un físico y una aceptación del social imaginario.

Una mirada que le obsequia el público es suficiente para echar a volar al personaje, que al mismo tiempo oculta aquellas partes frágiles que es preciso no mostrar, sino todo lo contrario. Es necesario sonreír, manipular el lenguaje corporal y dominar el tema en cuestión para cubrir el defecto.

Un sinfín de estrategias se valen cuando se trata de alcanzar el objetivo del juego: (AAA) ser objeto de atención, admiración y aceptación, más aún cuando entra en la mira el sexo opuesto en cuestión.

Sin embargo aquellas estrategias no garantizan en absoluto, la obtención del resultado según el deseo; la realidad de alguno u otra manera hace su aparición, para mostrar que nada ocurrió como se había planeado, debido a que llevaba mucha fantasía de por medio. Las consecuencias  toman forma de vacío y nombre de insatisfacción, normalmente al día siguiente o cuando viene la reflexión.

Esta insatisfacción a la larga, se convierte en el enemigo y  el arma principal para el que sufre de estas artimañas de la personalidad, siendo ella la que alimenta lo imposible de alcanzar  para terminar  siempre anhelando y regresando hacia la falta.

Más bien se trata de una ceguera, que impide ver que la vida suele estar conformada por una amplia gama de diferentes colores, en donde no existe únicamente blanco o negro. Constantemente se empeña en evitar este aspecto, el cual llevaría a poder aceptar que una derrota, no obligatoriamente significa haberlo perdido todo por completo.

Es a ello a lo que yo llamo una aceptación de la castración, es saber retirarse a tiempo y permitir que la lógica natural de los sucesos ocurra, sin aferrarse a saltar los obstáculos inminentes de determinado momento. También incluye cederle al otro su turno en el escenario, evitando esconderse detrás del telón mientras aquello transcurre, con la falsa creencia de haber perdido todo el talento.

Palabras ciertas pero duras de actuar, ya que conlleva un largo trabajo de autoconocimiento, en donde será necesario vencer  y dominar aquel relato mental, ya que este modo de relacionarse será inherente para todo sujeto que viva inmerso dentro de este paradójico complejo.

Habrá que  aceptar y tomar en cuenta, antiguos malos tragos y tristes  desencuentros donde se ha empeñado todo detrás de un mal juego; al igual que será bueno buscar la ayuda de un buen guía, con la capacidad para devolvernos la realidad de los hechos.

Solo este guía con el nombre de psicoterapeuta, amigo, familiar o compañero, sin importar la cualidad de su perspectiva, podrá conocer a aquel sujeto, producto de la convivencia cotidiana o del afecto,  y le permitirá  mostrarle que no se ha perdido todo en el intento.

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