Es Suzet una Mujer
Suzet vive dos realidades durante el día, una dentro de su cabeza y otra en el mundo por donde se desplaza.
Esta feliz porque su vida interna en la fantasía, le cuenta un relato dulce desde que vio a su amor.
Se despierta con el café y comienza a pensar todas las actividades que debe de realizar, las tareas que debería de completar y la ignorancia de lo que va a transcurrir a lo largo de su día.
La incertidumbre cotidiana , la pereza de aterrizar los pies para avanzar en su realidad circundante la desaniman al mismo tiempo que la motivan , porque solo así ira consiguiendo el sueño con paciencia .Un sorbo más al café y un cigarrillo mientras revisa el correo y las noticias.
Sus intereses intelectuales tienen que alimentarse desde el desayuno, los monetarios aun están a la espera, sin embargo ella tiene muy claro que es una chica que siempre ha rechazado el tradicional y pasivo papel de la típica ama de casa. Pronto tendrá que encontrar un trabajo para abrirse campo y triunfar.
Enciende la música y la vida interna despierta, el departamento es blanco, el piso de madera, la luz entra por la ventana porque acaba de comenzar el día, desde ahí puede observar el parque, la gente que se ejercita. Se dirige la cocina y prepara el café para dos.
Con la música de fondo intenta apresurarse, dejar colgado en el armario lo imposible, ya que a las 12 tiene cita con el psicoanalista, en esta ocasión intentará llegar a tiempo, no quiere que sea interpretada como una resistencia. ¿Se encuentra resistente a aterrizar? O ¿Es acaso que teme hablar de ese relato que tanto le fascina y teme que sea derrumbado por la realidad que el terapeuta le habrá de corroborar?
Mientras conduce se observa limpiando y acomodando el desorden del salón, lo hace con gusto mientras se pregunta que hará de cocinar para la vuelta de Eduardo acariciando a su gato.
Son las 12.47, dos minutos de resistencia, no demasiado gasto de su tiempo para hablar. Toma asiento frente al terapeuta ¿deberá comenzar hablando de su ensoñación o de la realidad? Ya que este por regla le incitará a libremente asociar.
Sorpresa ,el terapeuta comenta que le gustaría preguntar, por lo cual la fantasía y la realidad por un determinado tiempo se podrán ocultar ; desviándose por antiguos conflictos, planes profesionales, otros lugares , otros amores y frustraciones actuales, para tarde o temprano llegar a él.
Suzet teme escuchar un juicio severo sobre el error de sus sentimientos, sin embargo se sorprende al verificar que la realidad no es amenazante, Eduardo le sirve como herramienta para contenerse en su situación actual, ella acepta gustosamente la idea, aunque sepa que pudiera ser el camino al precipicio a un infierno dulce.
De vuelta a casa quiere confirmar que no vive en la alucinación, por lo cual le escribe, recibiendo una respuesta cariñosa que les impide encontrarse, pero ambos admiten que el amor en estos tiempos no les precipita, ni tampoco les permite desbordarse.
La comida esta lista, le encanta cocinar para el, en esta ocasión se ha esmerado en preparar lo que puede apetecerle a Eduardo. Al escuchar sus pasos porque ha llegado a casa, Suzet pone la música, Janis Jopling para recordarles que viven dentro de un nuevo mundo conformado por la música, el arte y la vida libre de dos jóvenes que rechazan los formalismos artificiales de su sociedad.
Eduardo es un hombre feliz, que al ver lo que le espera al medio día a la vuelta a asa, acude a abrazar a suzet antes de sentarse a la mesa. Ella se encontraba bailando al ritmo de la música, lo ha seducido con su goce, por lo cual le hará el amor antes de probar bocado.
Suzet sonríe, sin embargo al escuchar que la llaman a comer se da cuenta que lleva mas de medio día fantaseando, se pregunta por la causa original de aquella película de amor mental. Muy probablemente se trate de uno de los mecanismos de su personalidad, una historia de amor para olvidar que aun no encuentra su espacio en el gris de esta ciudad.
Recibe una llamada inesperada, una oferta de trabajo que apuntalará sus intereses profesionales. Al colgar se encuentra entusiasmada, ya que por fin comienza a ver los frutos de sus esfuerzos, tras haber deambulado por todos los sitios, intentando encontrar un reconocimiento a sus estudios.
Se acerca la tarde, ella posiblemente estará terminando de trabajar y se encuentra impaciente por compartir las vicisitudes de su día con Eduardo. Aceptará fumar un poco para relajarse y planificar las actividades del fin de semana junto con él, asistirán a un concierto de música clásica el viernes, quizás después podrían ir a cenar. El sábado invitarán a algunos amigos, beberán unos tragos para seguir en la fiesta hasta el amanecer; el domingo estarán cansados y habrá que reposar, por lo cual habrá que ver la selección de películas que aún no han visto.
El gato se acerca a juguetear con Eduardo, sin embargo él le teme por su reciente agresividad, lo aparta y Suzet intenta convencerle de que ambos deben comenzar a entablar una relación más cordial.
Porque necesita imaginarse a Eduardo y en su conjunto al gato, si finalmente las posibilidades de comenzar una vida independiente y laboralmente fructuosa comienzan a despejarse.
Que ganas tiene de poder asistir al concierto, sin embargo carece de acompañante, si invitase a Eduardo sería profundamente arriesgado, ya que el conoce los inimaginables alcances del amor de Suzet, que pueden llegar a asfixiarle y perder la falta motivante, o de lo contrario abusar de esta y dejarla a ella incompleta.
Si ya habiendo conquistado la gran cúspide de la soledad y se sus miedos en un lugar lejano, Suzet se pregunta porque es tan insípida la idea de la realidad, que la incita a hablar con el imaginario.
Sus ideales de mujer independiente contradicen a los de su fantasía, se cuestiona nuevamente sobre su goce, el propio de su género, el que se traduce en el amor. En cualquiera de sus formas, establecidas socialmente o no, ya que ella ha intentado romper con estereotipos preestablecidos, sin embargo sabe que colma a cualquier mujer, que al igual que ella ha llegado a compartir esta fantasía.
Acaso se trata de evadir la propia falta y amar desde ella sin importar el estrago que conlleva, se pagará la cuota por entregarse al goce, de ser lo que le falta al otro en la utopía de la completud.
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